El siguiente reportaje de Aitor Guenaga en EL PAÍS me parece una buena práctica y además bastante singular, puesto que ayuda a visibilizar una forma de violencia masculina que no se suele tomar en serio: los abusos entre hombres, que se minimizan calificándolos de "novatadas". Esconden el mismo transfondo machista que la violencia contra las mujeres, ya que se dan en contextos de exaltación de la masculinidad hegemónica (como el ejército y la policía), para que el agresor reafirme su virilidad humillando (en este caso, curiosamente, a través de una práctica homosexual) a un chico que no demuestra ser suficientemente hombre. Guenaga, un hombre, deja claro con su reportaje que un abuso sexual le parece algo más que una broma pesada. Utiliza el periodismo para denunciar el caso y sensibilizar a sus lectores.
Algo ha conseguido, a la vista de
la patética reacción del departamento de Interior. En vez de preocuparse por hacer justicia y declarar tolerancia cero a las agresiones, Balza le acusa de sacar este escándalo a la luz por motivos electoralistas. Lo mismo le espetó la directora de la Academia de Policía, Guadalupe Camino, en una
entrevista que he disfrutado como periodista pero me ha cabreado profundamente como ciudadana.
Os dejo con un fragmento del reportaje de Guenaga:
"Vejaciones" en la academia policial
12 'ertzainas', acusados de simular la violación de dos aspirantes al cuerpo
AITOR GUENAGA - Bilbao - 02/02/2009
Son 14 segundos de una grabación realizada desde un móvil en uno de los dormitorios de la Academia de Policía vasca en Arkaute. Los gritos de "¡no, no!" de la víctima, Iñaki G. M., aspirante a ertzaina de la promoción 19ª que cursó estudios entre octubre de 2005 y junio de 2006, evidencian que el denominado cucharón es algo más que una broma pesada. Mientras uno de sus compañeros le hunde la cabeza en la cama, otro supuestamente le baja los pantalones y calzoncillos. Inmovilizado por varios aspirantes a ertzainas más -participan hasta siete personas en la agresión grabada- y sin posibilidad de escapar, todo queda preparado para que supuestamente Eneko, hoy ertzaina en activo, simule un coito anal.
Si se sube el volumen de la grabación, realizada a escondidas por la segunda persona que ha denunciado haber sido objeto en dos ocasiones del
cucharón (Luis Miguel H. C.), se escuchan las risas del resto de agentes. Risas frente a los gritos desgarradores de la víctima.
"¡No, no!", repite, mientras el supuesto agresor empuja su cuerpo desnudo de cintura para abajo contra la víctima simulando una penetración. "Me bajaron los pantalones y el compañero Eneko Enrique L. de V. se bajó los suyos y empezó a empujar friccionando contra mi zona anal como si me estuviera dando por el culo", explica en su denuncia una de las víctimas.Tuvieron que pasar 17 meses para que los dos alumnos agredidos -que finalmente no sacaron la plaza
- vencieran el "bloqueo mental", la "vergüenza", el "miedo" y "la indignación" que les supuso esa vejación para acudir a la vía penal.
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2 comentarios:
Tus artículas me ponen enferma, dices las verdades sin concesiones y es tremendo que sigamos así, ¿no podemos hacer algo?
Blanca: No entiendo nada. ¿Podrías explicarte?
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